jueves, 24 de noviembre de 2016

ADICCIÓN AL TRABAJO - WORKAHOLIC


La adicción al trabajo es una “obsesión”. Quienes presentan estos síntomas no se pueden desconectar de su oficina, disfrutan haciendo horas extras y no saben lo que son los feriados o vacaciones. Según estudios, los adictos al trabajo suelen ser personas de entre 35 y 45 años, perfeccionistas, que prefieren trabajar individualmente y que necesitan controlar todo. Cuanto más intensa es la obsesión, menor es el nivel de felicidad reconocido. Todos ellos tienden a negar lo que les sucede. Para su diagnóstico es necesario la presencia obligada de dos elementos: compulsión y trabajo excesivo.
El término compulsión es fundamental en la adicción. No sólo es importante el hecho de que la persona trabaje muchas horas, sino también la razón por el que lo hace. Así, para que se considere adicción, el motivo principal debe ser la compulsión por trabajar, la culpabilidad que experimenta la persona si no lo hace o los síntomas de ansiedad que se generan ante la imposibilidad de trabajar. Los expertos señalan que dedicar más de 50 horas a la semana al trabajo puede determinar la adicción.
¿Cuales son las consecuencias?
Problemas físicos: Los expertos señalan que dedicar más de 50 horas a la semana al trabajo puede determinar la adicción
En España, esta adicción afecta en torno al 12% de los trabajadores. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 8% de la población activa española dedica más de 12 horas al día a su profesión. Un problema que antes era en general masculino, y que cada vez afecta a más mujeres, por su incorporación progresiva al mundo laboral.
Efectos psicológicos: Pueden ser más o menos evidentes, aunque empeoran a medida que progresa la adicción. Incluso a menudo, conllevan complicaciones físicas relacionadas con la sintomatología del estrés: alteraciones gástricas o cardiovasculares, como hipertensión arterial e infarto.
Trastornos en el ámbito social: caracterizados por la reducción de su círculo de amistades y por dificultades familiares por el descuido de pareja e hijos. 
Una mala alimentación y pocas horas de sueño (para maximizar el tiempo que tienen para trabajar), así como del exceso de trabajo al que hacen frente de forma diaria inciden negativamente en la salud física. “Las alteraciones sociales y familiares se producen por el desequilibrio que existe entre el tiempo y esfuerzo que se invierte en el área laboral y la no laboral”. Cuando, además, las personas adictas al trabajo consumen sustancias ilegales para aumentar su rendimiento laboral y superar el cansancio y la necesidad de dormir, el cuadro se agrava. El papel de las empresas para detectar estas conductas es esencial y obligado, ya que están consideradas como factores de riesgo laboral.
Tambien se observa el fenómeno denominado “presentismo laboral”; es un término que hace referencia a las personas que trabajan a pesar de estar enfermos, lo que provoca un bajo desempeño en sus actividades. Hoy en día, este concepto engloba más condiciones, resultado de no poder desempeñar las funciones al 100%: depresión, ansiedad, problemas de pareja, entre otros. La clave está en la falta de concentración, que se traducen en una gran falta de productividad. En la nueva era de Internet, este término también se asocia a perder el tiempo con web no relacionadas con el trabajo, una práctica que realiza más de la mitad de la población. Muchos adictos son presentistas, pero no todos los presentistas pueden considerarse adictos. A la larga, este comportamiento afecta a todos los ámbitos de la persona y deriva en ausentismo.
¿Como se si soy un adicto al trabajo?

Para reconocer a alguien que simplemente le gusta su trabajo de alguien que es adicto a él, los especialistas han creado un pequeño cuestionario. Si la mayoría de las respuestas son positivas, !! hay que preocuparse!!.
1. Parece que estoy en una carrera contrarreloj.
2. Me encuentro continuamente trabajando después de que mis compañeros ya se han ido a sus casas.
3. Para mí es importante trabajar duro incluso cuando no disfruto de lo que estoy haciendo.
4. Generalmente estoy ocupado, llevo muchos asuntos entre manos.
5. Parece que un impulso interno me lleva a trabajar en exceso, es un sentimiento de que es algo que tengo que hacer tanto si quiero o no.
6. Dedico más tiempo a trabajar que a estar con mis amigos, practicar hobbies o hacer actividades de placer.
7. Me siento obligado a trabajar en demasía, incluso cuando no lo disfruto.
8. Me encuentro haciendo dos o tres cosas al mismo tiempo, como comer y tomar notas mientras estoy hablando por teléfono.
9. Me siento culpable cuando tengo un día libre en el trabajo.
10. Me resulta difícil relajarme cuando no estoy trabajando.
Aplicate este cuestionario y así podrás concluir si eres ¿trabajador o trabajólico?



Dr. Cesar Lozano

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